En días como éste
.A veces cuando no tienes nada que hacer, suele merodear vagamente por tu cabeza algo que te impulsa a comenzar cualquier actividad, por muy simple que esta sea, cualquier tontería vamos. Por lo menos a mí me pasa. Suele pasar yo creo.
.

.
En esas ocasiones de letargo mental y poca actividad física, pese a la pereza que supone encender el ordenador, lo enciendes, te conectas a la red y vagabundeas un poco, pero, ¿sabes por qué?, porque hoy en día eso de estar sentado cara al ordenador es algo mejor que lo de tumbarte en el sillón, ver la tele o sacarle brillo a tus zapatos.
.En esas ocasiones de letargo mental y poca actividad física, pese a la pereza que supone encender el ordenador, lo enciendes, te conectas a la red y vagabundeas un poco, pero, ¿sabes por qué?, porque hoy en día eso de estar sentado cara al ordenador es algo mejor que lo de tumbarte en el sillón, ver la tele o sacarle brillo a tus zapatos.

.
Nos habíamos quedado en que te conectabas, pero, ¿has leído ya el correo?, pues si aún no lo has hecho léelo y ahora te cuento. (Ya sé que siempre es lo mismo y siempre de los mismos, pero, ¡que le vamos hacer!, a mi también me pasa).
.Nos habíamos quedado en que te conectabas, pero, ¿has leído ya el correo?, pues si aún no lo has hecho léelo y ahora te cuento. (Ya sé que siempre es lo mismo y siempre de los mismos, pero, ¡que le vamos hacer!, a mi también me pasa).

.
Te decía que no sé porqué pero tengo la impresión de que el simple hecho de estar cara al ordenador, te aleja del típico haragán que gandulea de sillón en sillón. Y si encima parece que estés haciendo algo de provecho, pues tiene más miga el asunto. Pero cómo es posible que siempre estés cara al ordenador, cómo es posible que siempre tengas un rato para mirar ese blog, ¿es que no tienes otra cosa mejor que hacer?, ¿es que no hay otras páginas de más interés?. Sé que te gusta, pero no lo hagas por mí.
.
Te decía que no sé porqué pero tengo la impresión de que el simple hecho de estar cara al ordenador, te aleja del típico haragán que gandulea de sillón en sillón. Y si encima parece que estés haciendo algo de provecho, pues tiene más miga el asunto. Pero cómo es posible que siempre estés cara al ordenador, cómo es posible que siempre tengas un rato para mirar ese blog, ¿es que no tienes otra cosa mejor que hacer?, ¿es que no hay otras páginas de más interés?. Sé que te gusta, pero no lo hagas por mí.
.

.
En días como éste, quizá no sea esto lo que te ocurre, quizá lees el blog por curiosidad, por su contenido, porque te gusta o simplemente porque has llegado a él sin saber por qué. El caso es que día a día semana a semana van sumándose las visitas y ya son 10.000. Por eso y porque no quería parecer ni presumido, ni mucho menos un engreído pretencioso, me he inventado esta curiosa historia para agradecer tu confianza y fidelidad en este "pequeño entretenimiento", yo lo llamo así.
.
Sigamos compartiendo otras 10.000.
Sigamos compartiendo otras 10.000.
.
A mi lo que me ocurrio es que lo vi la noche anterior y saque mucho de el, hoy repito con la sorpresa de que soy la que hace 10.000.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
Es fantástico tener un hobby tan vivo ¡Enhorabuen!
ResponderEliminarsi has conseguido tantas visitas, yo creo que es por su contenido y por su publicación diaria, son un valor añadido que no se encuentra por aquí muy amenudo. AH, Y GRACIAS POR LO DE LA FIDELIDAD.
ResponderEliminarEs un éxito para ti y para nosotros.
ResponderEliminarPara ti porque es una inyección de moral para continuar escribiendo y para nosotros porque tenemos el privilegio de continuar leyendo.
Yo lo veo así.
En días como hoy es fantástico sentarte cara al ordenador y ver que aún hay un alma que lucha día a día por algo sin remuneración alguna.
ResponderEliminarDalo por seguro. Lo de otras 10.000, digo.
ResponderEliminar¿No hay premio?
ResponderEliminar